domingo, 20 de octubre de 2013

Desde otra mirada

“Me emociona ver que la mayoría de estos chicos ni siquiera habían nacido” acotó Jorge un vecino, quien desde la puerta de su edificio los observaba agitar las banderas. 
En el monumento de Rosario se reunieron en las escalinatas. No importaba agrupación ni carrera mucho menos los niveles. Estaban todos, secundario, universitario y docentes. El propósito era uno, rememorar la Noche de los Lápices.


Jorge tiene 65 años y amablemente cedió a ser entrevistado. Él simplemente observaba el panorama con una mirada llena de orgullo y dolor al mismo tiempo. Comentó tener conocidos que estaban involucrados en agrupaciones en su juventud universitaria y que desafortunadamente desaparecieron en la última dictadura. “Lo que vivimos fue una tortura” afirmó y agregó que durante esos años el miedo se sentía todos los días y lo peor de todo era el boca en boca. 
Al preguntarle si cree que puede repetirse algo de la magnitud como lo que se vivió en aquellos años respondió que la sociedad cambió mucho, ahora la gente siente libertad de poder hablar porque tienen la garantía que sus derechos se van a respetar o por lo menos el de la vida. Él confió desconocer los motivos de la convocatoria pero si sabía que fue organizada por la COAD. Entre lo que se planteaba se hallaba el boleto educativo nacional, negociación salarial, convenio colectivo de trabajo único, estabilidad laboral, etc. Ante los cantos entre agrupaciones y en contra de otras, el señor preguntó sobre la heterogeneidad del grupo y manifestó su disconformidad ante la tolerancia que allí no tenia lugar.

1 comentario:

  1. bien, es un buen testimonio, informal, bueno para nota complementaria y ampliar el texto de la crónica central, buen registro y estructura

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